A los niños y jóvenes*
Camilo E. Ramírez
Quiero en esta ocasión dirigirme a los niños y a los jóvenes. Si usted, querido lector, conoce un niño, un joven, le pido le pase este escrito para que lo lean ellos, o si lo prefiere lea con ellos esta editorial. Se lo agradezco.
A menudo escuchamos noticias de niños y adolescentes que sufren por diferentes motivos, tú mismo que estás leyendo estas palabras, puedes a lo mejor sentirte así, o haberte sentido así alguna vez; son cosas de la vida, suceden, y a veces podemos pensar que nunca se acabará, pero en algún momento podemos encontrar algo o alguien, que nos ayude a entender lo que nos pasa, a sentirnos mejor y resolver nuestros problemas.
El mundo, los adultos, las familias y escuelas, como aquello que se vive en las calles, no siempre es fácil, por momentos puede ser muy difícil, dar miedo; sobre todo cuando a mucha gente se le ha olvidado lo que fue ser niños y adolescentes, lo que fue sentirse alguna vez solo/a, incomprendido/a, feo/as, sin poder hablar con alguien, y tantas otras cosas que a veces vivimos y no podemos hablar de ello, o encontrar alguien que nos ayude con lo que vivimos en la escuela o en nuestra propia casa. Sin embargo, siempre podemos encontrar o inventar una solución a lo que nos pasa y seguir adelante, hacer algo diferente y mejor con lo que vivimos, con lo que nos sucedió o nos hicieron, nos lo merecemos, nos lo debemos. Pienso que la vida es hacer algo diferente con lo que creíamos estar viviendo, como un dibujo que todavía no acabamos, o una historia o video juego que nosotros mismos estamos creando o jugando y que todavía no sabemos todo lo que sucederá.
Hay quienes encuentran consuelo, ayuda y un camino a seguir, en las palabras, en los libros, en la música, en dibujar, en videos, historias, series, como en otras tantas artes; en sus sueños, esos que parecen imposibles, ¡los mejores!, en los deportes, en los amigos, en la familia, en sus papás y hermanos, en esas cosas que nos gusta hacer, en donde nos interesamos y creamos nuevas soluciones. Pero al mismo tiempo, tienes que tener cuidado de lo que ves en la TV y en la internet, no todos quieren tu bien, hay campañas para que niños y jóvenes no piensen, no hagan, sean simplemente esclavos de lo que quieren todo el tiempo, por eso a veces muchos niños y jóvenes se sienten tristes, sin sentido, porque creen que la vida es tener cosas que se venden y como no tienen dinero suficiente, se enojan o ponen tristes. Eso pasará, la verdadera felicidad no estará nunca en comprar algo, sino en inventar algo, en que tú crees algo, esos son los mejores momentos de la vida, de los juegos.
La escuela y el trabajo son parte de la vida, pero no son toda la vida, sino el cómo vivimos y hacemos mientras estamos en ellos y en lo que hacemos después en otros lugares.
Tienes la ventaja -creo- de vivir en uno de los mejores tiempos de la historia, esto puede no parecerlo, por todo lo que te vas dando cuenta que sucede a tu alrededor, pero el mundo globalizado, las redes, el aumento de las posibilidades de vida y de salud, es impresionante, a pesar de los retos y la dificultad que aún existen. Los sueños, la curiosidad y el aprendizaje, que no tiene fin, nos puede ayudar a lograr muchas cosas en nuestra vida.
Los problemas, la tristeza, las dificultades, el llorar, el sentirse raro/a, incomprendido, sentir que le has fallado a alguien y que pareciera no tener remedio…entre muchas otras cosas más, es algo que es común a los seres humanos, con sus diferencias, pues cada persona es única y diferente. Puede suceder que cosas que se viven, piensan y hacen, nos hagan sentir mal, pero eso mismo, que es parte de la vida, tiene un secreto, un mensaje, algo que todavía no sabemos que es, pero puede decirnos algo sobre lo que somos y cómo solucionar algo, un problema, un acertijo, como un video juego que tiene un cómo, dónde o cuándo, solucionar algo que se está haciendo. Un cuento interactivo que tiene un inicio, un medio (un problema o nudo) y un fin, una solución.
Cada persona es diferente, como diferentes los gustos y caminos. Una de las cosas que me gustó de la psicología, del psicoanálisis, que es a lo que me dedico, es que por primera vez en la vida, alguien nos escucha y reconoce que somos una persona única, que nuestra vida y nuestras experiencias, lo que nos gusta y no nos gusta, no es una falla o un error, sino una característica que puede enseñarnos mucho sobre nosotros y los demás, que cuando decidimos escuchar-nos hablar, podemos desahogarnos, llorar, calmarnos y aprender sobre nosotros, dejar de quejarnos, dejar de esperar que los demás solucionen las cosas por nosotros, culparlos, y así comenzar a vivir, independientemente si los adultos, papás, hermanos, maestros, nos entiendan o no, nos ayuden o no. Que, a pesar de ser niños o jóvenes, estamos vivos, observamos, sentimos, podemos pensar, planear, soñar, divertirnos y, sobre todo, responsabilizarnos por la vida que queremos y soñamos vivir. ¡Inventar el futuro!
*Artículo publicado en el periódico El Porvenir: Ramírez, C. (29/01/2020) A los niños y adolescentes. El Porvenir, Editorial, p.2