Sostener la función: gajes del oficio

 

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Camilo E. Ramírez 

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Una madre, un padre de familia, así como un buen maestro, saben que no deben responder nunca al ataque que les plantea el hijo, el alumno; el despliegue y ejercicio de su función, implica poder soportar, sostener la tensión y  agresión que les es dirigida, nunca “pagar con la misma moneda”, a fin de no dar punto de apoyo alguno, confirmando, a eso que les es ofrecido a través del vínculo que tienen (gajes del oficio) como efecto de lo que el otro le ofrece,  si es que desean producir una experiencia donde al hacer, digan, muestren en acto, produciendo un gesto, que logre transmitirle y enseñarle algo al otro sobre sí mismo. De lo contrario, responder pagando con la misma "moneda", violentando al hijo/a o al alumno/a, no solo hacen desaparecer la función parental o del maestro, sino los reduce al otro especular, que al igual que ellos, está sumido en la angustia, en el sin sentido, sin poder orientarse en su función, ofreciéndole la violencia y el poder, como única vía para hacerse un lugar.

Las artes marciales orientales, enseñan algo que es eje de la comedia, de la poesía, como de la función parental y del enseñante: esa agresión, esa fuerza, ese desgaste de vitalidad que viene del otro, es justamente con eso mismo que se le responderá, basta con saber-se colocar en un punto justo para mostrar que la fuerza que dirige el ataque, es la misma con la que el otro hace su defensa, desequilibrándolo: me defiendo con tu propia fuerza, te enseño con tu propio ataque, arte de la enseñanza.  

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