Psicología laboral
por
Camilo E. Ramírez
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La interacción entre las personas en un ámbito empresarial posee una serie de elementos complejos y a la vez dinámicos, que determinan los diferentes escenarios (clima laboral) de un departamento, su interacción con el resto, así como los resultados presentados. Dichos elementos van de las características personales de carácter y personalidad, a los perfiles profesionales y de habilidades del trabajador, interactuando de manera dialéctica en la persona del trabajador.
La combinatoria de las características de personalidad junto a los perfiles laborales, no es, necesariamente, un asunto que garantice la eficacia del trabajador y sus resultados, ya que uno u otro, pueden ser, al mismo tiempo, obstáculo y/o posibilidad de crecimiento y desarrollo. Uno de los objetivos de la psicología laboral, será de la de evaluar y determinar la posibilidad de equilibro entre ambos factores, el cómo potenciarlo en la persona del trabajador.
Al hacer una delimitación de factores y variables a evaluar en una persona como en una empresa, siempre se corre el riesgo de valorar inadecuadamente, menos o más, cualitativa y cuantitativamente, dichos parámetros e indicadores. De ahí la necesaria aproximación integral de todos y cada uno de los elementos implicados en una empresa y organización: estructura, procesos, internos y externos, y recursos humanos, como, por supuesto, los resultados en base a sus objetos y líneas de acción, considerando tanto lo escrito como lo no escrito, ya que, en las corporaciones, como en las personas y las familias, existen tanto elementos conciencias como inconscientes, que forman parte de la logística y procesos, reconocidos o no de una dinámica particular. Que lo mismo puede producir buenos resultados como errores y obstáculos en sus acciones.
Si el trabajador, como los directivos e inversionistas, tienen conocimiento de los aspectos logísticos/operativos, como de documentación y recursos humanos, tanto los operacionalizados como los instrumentados en el día de día, podrán tomar decisiones más eficaces, a partir de un conocimiento integral su agrupación. De lo contrario se corre el riesgo de hacer un análisis y toma de decisiones desde visiones parciales y limitadas, con resultados, para las demás áreas, inexplicables. Por ejemplo, cuando un área toma las decisiones que le corresponde a otra área, desde la sola visión de la información que se tiene acceso. De ahí la importancia de la consultoría empresarial, que cubre todas las áreas y niveles, de una manera particular e integral.
¿De qué depende el buen desarrollo de una empresa? – me hicieron la pregunta al final de una charla hace un par de semanas. Mi respuesta, directa y clara, fue: de la gente. Cien por ciento de la gente. Pues no hay que perder de vista que las empresas y agrupaciones existen por la gente. Un error común es considerar que las personas están por debajo de las corporaciones, que son éstas las que dictan las lógicas al trabajador, quien debe vivir sometido a ellas. Todo lo contrario, si las corporaciones se basan en la persona y su desarrollo profesional, automáticamente, los procesos y resultados se consiguen, pero si lo que se persigue es solo los resultados en detrimento de la persona, se afectará lo más importante de una empresa, su gente, y por lo tanto sus resultados. Creando de paso, un clima organizacional productor de estrés laboral, en muchos casos, afectando la salud de sus empleados y directivos, competencias desleales, cultura de trabajo individual ineficaz, porque se focalizaron los esfuerzos exclusivamente en los números
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