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Psicoanálisis online 

 

Camilo E. Ramírez

 

El psicoanálisis siempre se ha caracterizado por estar a la altura de las circunstancias y necesidades de la época. Ya desde su creación, el mismo Sigmund Freud, de manera flexible y variada, respondía al sufrimiento de sus pacientes, atendiéndolos no solo en su consultorio, sino también en paseos por la ciudad donde vivía, Viena, en largas caminatas por la montaña durante sus vacaciones, en el asiento del tren durante sus viajes o a través de cartas de puño y letra, como lo evidencian los nutridos epistolarios ya publicados. Los cuales dan cuenta del incansable trabajo del psicoanalista (¡tronara, lloviera o relampagueara!) atravesando las dificultades de dos guerras mundiales, una pandemia (gripe española) que terminó con la vida de una de sus hijas, conflictos políticos, económicos, familiares, etc., el trabajo clínico continuaba, como continua hasta el día de hoy.

¿Cómo es que el psicoanálisis posee tal flexibilidad de acción ante el sufrimiento humano? Esto se debe a que el psicoanálisis, más que un procedimiento estandarizado, como suelen ser los tratamientos psicológicos y psiquiátricos, es una práctica basada en principios éticos, su sentido de ser –podríamos decir—es triple: por un lado, la restitución de la singularidad de cada persona, la atención al sufrimiento humano sin comparación ni reducción a tablas diagnósticas, es decir, considerando cada vida una a una, respetando lo más íntimo y singular de cada persona; posibilitando con ello, que cada paciente que consulta, pueda, a partir de la propia verdad que descubre de su vida durante su análisis, inventar una solución igualmente singular, inédita y creativa, como una forma de legitimación de su estilo de vivir.

¿El psicoanálisis online es igual al psicoanálisis en el consultorio del psicoanalista? Como en todo medio nuevo: algo cambia y algo permanece. Solo que, en este caso, lo que se transforma (la tridimensionalidad y parte sensible de la experiencia del análisis) no participa de manera fundamental en el tratamiento psicoanalítico, ya que este es, principalmente, una cura a través de la palabra y la escucha. Algo que se mantiene en la atención en línea. Quienes así lo deseen, pueden consultar con un psicoanalista, sorteando así las distancias y circunstancias que de otra forma les impedirían buscar/recibir ayuda.

¿Cómo se desarrolla un psicoanálisis? Cada persona que consulta, cada paciente –aunque el término técnico que empleamos en psicoanálisis es el de “analizante”, precisamente porque es quien realiza su análisis— habla y el psicoanalista escucha. A simple vista parece algo simple, pero tiene una importancia fundamental: ¿se imagina usted hablar por primera vez en su vida de todo lo que le pase por la mente, por más ilógico, sin sentido o vergonzoso que le parezca (asociación libre)? Sin filtrarse ni censurarse, decirlo TODO sin restricción alguna. Al tiempo que cuenta con una escucha de alguien que no le comparará con nadie, que no piensa su vida como una tabla, una teoría o un número, sino como una vida singular, diferente y única. Que le ayudará a conocer la verdad sobre sí mismo/a y su vida.

A pesar de que el psicoanálisis es un tratamiento flexible, que siempre implica a quien habla, a inventar una solución creativa y responsable, desafortunadamente hay psicoanalistas que, de manera rígida, lo entienden, enseñan y ejercen como si se tratase de un procedimiento de control industrial. ¡No entendieron ni a Freud ni al psicoanálisis! Lo han reducido a una caricatura. Por hoy, no entraremos en ese debate aquí. Lo que si diremos es la formidable aplicabilidad del psicoanálisis en todas las circunstancia, contextos y problemáticas de la vida; no solo en el consultorio del psicoanalista, sino en el campo de la educación, la empresa, el hospital, en el deporte, los sistemas públicos y privados; estableciendo diálogos con la ciencia, la política, la jurisprudencia… Ahí donde esté implicada la subjetividad humana, el psicoanálisis tendrá injerencia en ayudar a lidiar de mejor manera, sin transformar lo raro y extraño de cada ser humano en sufrimiento, sino en potencia creativa. 

 

*Artículo publicado en la sección editorial del periodico El Porvenir (14.07.21)