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Singularidad, curiosidad, deseo y amplificación 

 

Camilo E. Ramírez  

  

Una cuestión en estos tiempos mundialmente locales (sobre el estar en casa, el no salir...) como estrategia para reducir los contagios, para no saturar los servicios de salud, no es tanto entretenerse llenándose - ¡saturándose! - de actividades y más actividades (las opciones son muchas y muy variadas, de libre acceso, gratuitas…) que terminarán después de un tiempo, hartando, vomitándose, sino la posición singular de sentido que cada uno asuma. Pues el deseo singular, que nos habita, requiere invención y amplificación.

Una vez más, dar sentido singular a lo que sucede, más que el llenarse de objetos que terminan por reiterar, incluso acrecentar, el aburrimiento (producir zapping, scrolling...verdaderas carreteras hacia la nada) es lo que responde a un deseo singular, lo que llena de contenido significativo, lo que en verdad divierte, pues aporta algo único a cada quien, al ser una experiencia de exploración, de curiosidad, de un interés propio. ¿Pero, qué no es siempre así?

“¿Por qué ser feliz cuando puedes estar interesado?” (Slavoj Zizek)[1] Muestra que el interés y la curiosidad son más poderosas para dar sentido, fuentes inagotables, inclusive divertir, más que las nociones estandarizadas de la felicidad que se ofrecen en todos lados, que operan con el supuesto que ella es algo que se consigue o pierde, por adquisición o consumo de un objeto determinado. 

La felicidad, la diversión, la verdadera alegría, nunca serán categorías prêt-à-porter, modelos estandarizados, sino apropiaciones singulares fundadas sobre la diferencia, sobre lo que cada uno coloque de sí en aquello que hace, en aquello que inventa. 

 

 


[1] Zizek, Slavoj. “¿Por qué ser feliz cuando puedes estar interesado?” (Con acceso en enero 2012) https://www.youtube.com/watch?v=Hr_E5tVF0c4.